24 octubre 2007

Gordo motorizado sin desahogo en Teherán

TALAYE SORKH - CRIMSON GOLD (2003)
Director: Jafar Panahi
Conseguida en: cruzando el charco del pasillo de Ingeniería en la UCV, puestos ubicados contra una pared gris, cerca de fotocopiadores
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UN DÍA DE FURIA, pero en Teherán y con sobrepeso. Mentira, estoy hablando güevonadas. En realidad sólo hay una explosión de furia, y más que furia, es la consecuencia de una frustración cósmica. El director Jafar Panahi comienza con la escena final. Es decir: no hay espacio posible para la ilusión, sino distanciamiento crítico para analizar los resortes de la tragedia. El guión es del gran Abbas Kiarostami.
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Hussein (Hossain Emadeddin) es un motorizado con sobrepeso que reparte pizzas de noche en Teherán. Su trabajo le pone en contacto con los dos extremos sociales y acentúa su tragedia personal: 1. Pobres que comen basura; 2. Clase media expuesta a detenciones arbitrarias, represión y ausencia de Estado de derecho; y 2. Clase alta podrida en lujos obscenos, igualita a la boliburguesía venezolana (penthouses de tres plantas con gimnasio y piscina, desenfreno sexual, etc). Hussein está a punto de casarse, pero cuando va a comprar las joyas para su novia, es humillado por el joyero. Imagine que usted va a La Francia en la plaza Bolívar a encargar su anillo de compromiso y el dueño de la tienda le dice: "Mejor váyase a comprar fantasía en La Hoyada".
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Lo que más destaco de CRIMSON GOLD es la construcción del malestar físico (proyección y/o parte de la explicación del fracaso de su proyecto de vida) por parte del protagonista Hossain Emadeddin. Como gordo ya no muy joven, me identifico por completo con las sensaciones que transmite Hossain: el síndrome del burn out (estar "quemao", en criollo), la opresión en el pecho por el sobrepeso, el cansancio desmotivador que le produce cada movimiento, la necesidad de drogas como la cortisona para mitigar el dolor.

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