XDebido a la fiesta judía del Yom Kippur que coincide con este fin de semana de nuestro calendario cristiano, me puse a ver KIPPUR (2000), de Amos Gitai, peliculín de Israel que conseguí donde los ajedrecistas del elevado de la avenida Fuerzas Armadas. SALVANDO AL SOLDADO RYAN en Tierra Santa. Lo digo con ironía, porque aunque sé que Gitai es un grande del cine israelí, KIPPUR me pareció un absoluto desastre.
El marcusista Winraub (Liron Levo) y el pelirrojo Ruso (Tomer Ruso), dos amigos vinculados a lo universitario y/o artístico, van a pelear la guerra del Yom Kippur en 1973 y terminan empleados en un tipo invisible de guerra: la de rescatar a los heridos en el frente y regresarlos a casa.
Grave ausencia de un buen editor. Un producto de interminables 117 minutos que pudo haber sido un cortometraje de 15. Una cosa es pretender plasmar el absurdo y los ratos muertos de la guerra ("cada día de combate dura un siglo") y otra torturar al espectador con tediosas escenas de cinco o más minutos que acentúan la escasez de recursos de una película bélica en la que no hay presupuesto ni para una sola explosión.
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