15 agosto 2007

Serie Vainas Raras del Mercado de La Hoyada (IV): SI EL TIEMPO TUVIERA CONTROL REMOTO...

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CASHBACK (2006)
Director: Sean Ellis
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"Puedes retrasar o acelerar el tiempo. Puedes incluso congelarlo o ponerlo en cámara lenta. Lo único imposible es retrocederlo"
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* Ben Willis (Sean Biggerstaff) es un estudiante inglés de Artes Plásticas que tiene como obsesión estética al cuerpo femenino (uno de sus fetiches de infancia era Zola Budd, aquella atleta sudafricana que corría descalza; genial referencia). Acaba de romper con su novia, y debido a la depresión, pierde por completo el sueño. De repente descubre que su día tiene 8 horas más disponibles; en sus propias palabras, "mi vida se extendió en un tercio". Para aprovecharlo, se pone a trabajar en el turno nocturno de la farmacia-supermercado Sainsbury's, cuyo inmamable gerente se parece mucho a Moby (el actor Stuart Goodwin).
* El resultado es CASHBACK, comedia británica con reflexiones brillantes sobre la percepción humana del tiempo y algunos momentos visual-musicales realmente sublimes, elegantes y delicados. Me hizo recordar un capítulo de la serie fantástica de TV TWILIGHT ZONE de 1985, en la que una mujer tenía el poder para congelar el tiempo de los demás seres humanos; en la última toma, un cohete nuclear quedaba suspendido en el cielo, mientras la población quedaba paralizada con gesto aterrorizado.
También me hizo pensar en una fantasía que tengo de manera recurrente: imagino que hay una cámara instalada en mi cerebro con la que puedo grabar en alta definición a todas las mujeres que veo en la calle, y luego bucearlas en mi casa en slow motion.
* El final es un poco cursi y cotufita. Por otra parte, el director Sean Ellis extravía un poco la mesura con algunas escenas que son divertidísimas, pero que le hacen perder el centro de gravedad a CASHBACK. Me refiero, por ejemplo, a la caimanera de futbolito que organiza el gerente del supermercado Sainsbury's contra otra sucursal de la cadena de tiendas. Ben Willis usa una camiseta de la selección de Brasil, y sus compañeros y él son horriblemente caimanes, como todos los jugadores de futbolito corporativo de fin de semana. Un vacilón el guardameta estilo Expedición al Klamahama.
Esta escena también me trajo un recuerdo personal, cuando en la cancha de la UCAB jugué en el equipo de la sección B de segundo año de Comunicación Social (todos vestidos distintos) contra una escuadra de categoría distrital a la que pertenecía un compañero de salón, Erick Vondrak. Usaban el uniforme del Milan italiano y nos metieron como 12-0.

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