06 abril 2007

2046 (2004) - Wong Kar Wai


“El amor es cuestión de coordinación. Puedes conocer a la persona correcta, pero de nada sirve si no ocurre en el momento correcto”
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Con semejante título, 2046, pareciera que se nos vende una superproducción futurista. Pero resulta que 2046 no es más que un cuarto de hotel, de la misma noble entidad que aquel 303 de Bonny Cepeda. Hoteles como aquel de Condorito, donde dos se van y tres llegan. Todos en tránsito, como en la vida.
Y sí: en este Tratado sobre el Desencuentro Amoroso hay futurismo, pero más bien es un futurismo de estética retro a lo Barbarella. Y en ese futuro, lo que la gente quiere es recuperar sus recuerdos: el mismo ejercicio que hace Wong Kar Wai con esta película sobre las memorias de un periodista-escritor de Hong Kong en los años 60. Y el mismo ejercicio que hago yo al escribir con impaciencia de 2046, antes de que se me olvide lo más esencial, unas horas después de verla dos veces (1:20 pm y 3:50 pm) este Jueves Santo en primera fila en la sala 1 del Centro Plaza.
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Hay críticos de cine apocalípticos que sostienen que han muerto los autores. Hace poco leí un comentario por el estilo en una columna compartida que se publica en el diario que más circula en el país. La misma gente que sostiene que todo lo pasado era una maravilla y que ahora todo es Hollywood y cotufita. Bueno, amigos críticos, aquí tienen a Wong Kar Wai, este maniático de la música latinoamericana de despecho, que está construyendo con su cine un imaginario personalísimo. No es que sea el autor por quien me corto las venas, pero uno sabe que Wong Kar Wai es el tipo de cineasta del que mucho se hablará en las décadas que vendrán.
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Pocas mujeres usan hoy tacones medianos o altos, y las entiendo, porque debe ser incomodísimo. Son los tiempos de las cholitas bajitas pata en el suelo, de las zapatillas de bailarina de ballet y de los zapaticos de goma. Pero 2046 es un homenaje a la mujer, y sobre todo esa mujer de la vieja guardia que usa tacones, que se pinta los labios de rojo —a los que luego veremos chorreados tras un beso— y que llora por un hombre que no es uno. 2046 es mujeres que lloran. Lágrimas por amantes en la lejanía, con la vista en un punto perdido. Hay dos tipos de frases que se repiten toda la película en distintas situaciones:

1) “Quédate conmigo” o “Ven conmigo”, petición condenada de antemano a recibir una negativa que ni siquiera necesita ser expresada.

2) "Duró poco”; “Ojalá hubiera durado más”, etc.., 2046 es la tragedia de la precariedad del tiempo, de cómo el tiempo se nos va como arena de las manos, de cómo no podemos aprehender lo memorable en nuestras existencias. Sólo queda vivir. Y recordar.
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Hay algo de fetichismo en 2046. No puedo dejar de pensar en esos primeros planos de delicadísimos pies femeninos con las uñas pintadas de rojo oscuro. Amigo Wong Kar Wai, usted se parece mucho a mí. Hay fetichismo, deleite y a amor infinito a lo femenino en esos pies tan cuidaditos, en esos corsets armados y apretujados, en esos vestidos de tela metalizada, en esa maravillosa diversidad y colorido del vestuario de las mujeres.
Chow (Tony Leung), a partir de sus vivencias personales sublimadas, escribe un libro sobre un futuro siglo XXI donde no todas las penurias estarán resueltas. Al contrario, en el año 2046, los hombres estarán desesperados por recuperar sus recuerdos (“Los recuerdos son huellas de lágrimas”...). Se han creado prostitutas androides a la medida del cliente (quizás un homenaje a BLADE RUNNER), pero estas muñecas de cutis blanquísimos y tacones altos, lejos de ser la fantasía perfecta de todo hombre, más bien rompen el corazón. Ellas tampoco están pensando en uno cuando lloran.
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Hay detalles de 2046 que me afectaron mucho en lo personal.
1) Una escena en la que Chow hurga y activa la memoria de Lulú (¿Mimí?), una amante del pasado que ya no se acuerda de él. Cuántas veces me ha pasado algo similar, cuando conozco carajitas en los chats y luego me las encuentro meses después en el MSN Messenger, con la pregunta de siempre: “¿quién eres tú?”. Entonces me toca sorprenderlas diciéndoles donde trabajaron, cuáles son sus perfumes favoritos, su fecha de cumpleaños, su apodo… Y es que uno no deja en la gente el impacto que la gente deja en uno. ¿O será que uno tiene mucha memoria?
2) Una secuencia de la narración futurista: un forzudo tatuado le hace el amor violentamente a una de las prostitutas androides. En el techo, a través de una rendija, un muchacho japonés que se ha enamorado de ella la observa y derrama una lágrima que cae haciendo ángulo recto con su rostro. Una secuencia que resume 100 años de desamor.
3) Chow revela que 1224 y 1225, dos sitios enigmáticos de los que se habla en su novela futurista, son en realidad el 24 de diciembre y el Año Nuevo. “En esos días la gente necesita un poco de calor”, recuerda Chow. Yo también pienso que la vida no es más que una constante espera del mes de diciembre. Y esto no tiene nada que ver con el asco que uno pueda sentir por todo el empaque que rodea la Navidad. En el fondo, si diciembre no existiera, lo inventaríamos.
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2046 es uso genial de los carteles de intertítulos: inolvidable aquello de “1 hora después, “10 horas después”, “1000 horas después”.
Por si fuera poco, 2046 se permite una sátira acerca de la evolución contemporánea del periodismo. Dice Chow: “Ya no soy periodista, ahora me nombraron asesor. Gano la mitad del sueldo y sin nada que hacer”.
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"El amor no acepta sustitutos"

6 comentarios:

Juniper Girl dijo...

Otro amante de WKW!!! me alegro que hayas disfrutado de 2046... y si es asi, tienes que ver In the Mood for Love y Days of being Wild que son las películas que le dan un poco de ellas a 2046.
Cuando quieras cosas de este director me avisas ya que hice mi tesis de él y es mi director favorito!

Alexis Correia dijo...

Fíjate, Juniper: estuve un tiempo alejado del cine y la única película de WKW (?) que había visto era Happy Together. Hoy otra persona me había comentado lo que tú me confirmas, que 2046 es una continuación de otro material previo. No sé si en el fondo eso es bueno, ya que pude ver 2046 como un espectador "virgen", de alguna manera.

No sé si me considero todavía amante de WKW, pero obviamente es un Señor Cineasta. Y me identifico plenamente con su visión de lo femenino, por lo menos de lo que vi en 2046.

Lo que más me alegra es saber que un ser humano me ha leído un Viernes Santo casi a la hora de la muerte de Cristo.

Juniper Girl dijo...

Bueno yo también he estado alejada del cine. Ayer es que abri el blog que acabas de visitar porque me pareció que 300 cumplia con algo de lo cual podría escribir y que por cierto en estos momentos acabo de agregar un párrafo más aunque mi fuerte no es la escritura. Sobre WKW, a mi me paso algo similar... cuando vi 2046 hace mucho tiempo fue cuando comence a ver otras pelis de él... por lo que frente a las películas de WKW saber o no de antemano ciertos detalles ... no sé... no sucede nada o suceden muchas cosas. Gracias a ti también por leerme en un Viernes Santo.

Alexis Correia dijo...

Coño... Eso de que tu fuerte no es la escritura... Lo importante es que te guste hacerlo. Lo otro no es tan importante. Yo tampoco me considero bueno escribiendo, lo que pasa es que mi estilo es populista.

Anónimo dijo...

Es indudable que el cine Asiatico irrumpe con fuerza propia. Son los temas de siempre; pero arropados con una estetica diferente,alucinante y vital

Diego dijo...

Vengo de ver aquella película y aún estoy pasmado, con el revoltijo de sentimientos que deja, esa moción del vivir y sus personajes principales, como sucede todo, y en un abrir y cerrar de ojos desaparecen. Que maestro.