18 abril 2007

THE GRADUATE (1967) - Mike Nichols


Vi por primera vez en mi vida THE GRADUATE este miércoles 18 de abril de 2007 a las 5:00 de la mañana en DVD. Voy a tratar de escribir para quienes nunca la han visto. Es una película sobre ser joven, o mejor dicho, sobre la sensación de ser joven, que no necesariamente es algo divertido. Me llama la atención que el personaje del veinteañero Benjamin (Dustin Hoffman) está siempre solo y desintegrado. No tiene hermanos más o menos de su edad, o compañeros masculinos de parranda, por lo que me identifico mucho con él. Benjamín era la palomita del salón: 20 puntos en todas las materias, atleta destacado, campeón de submarinismo y una serie de vergas que en el presente le representan un bledo. Al principio hay una escena genial en la que Benjamin intenta escapar en vano de todas las estupideces que dicen los familiares y amigos que celebran su genialidad en su fiesta de graduación del college.
THE GRADUATE está muy influida por la corriente filosófica del existencialismo. Las escenas en las que Benjamin tiene puesta la careta de buzo, o cuando está sumergido en la piscina de su casa, plasman su sensación de extrañamiento con respecto a lo que le rodea, de manera similar al libro EL EXTRANJERO de Camus. Benjamin ve desfilar lo que sucede delante de sus ojos, como un tercero espectador de su propia vida. La película comienza con la sugerente imagen de Benjamin siendo transportado por la cinta horizontal de un aeropuerto: Benjamin se deja llevar. Vive a la deriva, como él mismo —el ex alumno prodigio sobre el que todos depositan las más grandes expectativas de éxito profesional y familiar— lo subraya. En la primera etapa del filme de Mike Nichols, Benjamin se ve arrastrado a una relación con una mujer casada, la señora Robinson (Anne Bancroft, ¡qué sexy se ve en ropa interior y con falda de cebra!), prácticamente sin que intervenga su voluntad. Ésta es su verdadera graduación, no las pendejadas que aprendió en la universidad.
Posteriormente llega de viaje Elaine, la hija de la señora Robinson. Ni siquiera uno queda totalmente convencido de que lo que siente Benjamin por Elaine sea verdaderamente amor; en todo caso, con Elaine puede comerse unas papitas fritas, mientras que su relación con la señora Robinson está restringida exclusivamente al sexo, es un enlace meramente instrumental. La decisión de Benjamin de ir a buscar a Elaine en Berkeley tiene mucho de azaroso, de dejarse llevar, y por eso esta película es tan grande, porque refleja lo que es la vida de verdad, todo el elemento de azar y de duda que contiene, y cómo la vida a veces te arrastra sin que tú juegues un pito.
La escena final me hizo reír a carcajadas, pero al mismo tiempo, te provoca unas enormes ganas de llorar, quizás por la canción “The sound of silence” de Simon & Garfunkel, pero también porque uno en el fondo sabe que no es un final feliz. Benjamin ha tomado aparentemente las riendas de su propia vida, ya no es transportado en una cinta mecánica, pero ese fin de una etapa también tiene mucho de trágico y doloroso. Todos sabemos que lo que le viene a Benjamin es jodidísimo y eneas con burundanga: al tomar el toro por los cachos, ha adquirido al mismo tiempo una responsabilidad. Seguramente tendrá que trabajar en un horario de oficina para mantener a su mujer, quizás su relación con Elaine tampoco será demasiado duradera. Como dice una amiga, la vida es un ratico, y es recomendable ver THE GRADUATE antes de que ese ratico se acabe.

2 comentarios:

LA_MARI dijo...

Es cierto Alexis, esta peli es EXCELENTE. De esas q t ponen a pensar q es lo q se supone q uno debe hacer con su vida o q espera la gente de ti. Y sip, la vida es un ratico amigo, aunq la frase no sea originalmente mia, ya es parte de mi

Anónimo dijo...

La pelicula es solamente eso. Una exelente pelicula. Lo que a Bemjamin le suceda en adelante es solo un ejercisio de lucubracion. La pelicula termina alli. No hay que confundirlo con nuestra vida.