17 diciembre 2007

Festival de Navidad (VIII): TRASH METAL Y HIP HOP EN SAO PAULO

¿Alguien se acuerda del licor azul Blue Curaçao? En O INVASOR aparece en una escena de bar en el minuto 30
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O INVASOR (2002)
Brasil, 96 minutos
Director: Beto Brant
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"Matar es bueno, pero haber matado es terrible"
Thomas Mann, en Las tablas de la ley
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* Fábula sobre descomposición moral socialmente transversal en Sao Paulo —nadie se salva: ni ricos, ni pobres, ni policías—, rellena con banda sonora de hip hop y trash metal autóctonos (este último es verdaderamente escalofriante, con alaridos de coros como "¡Bienvenido a la pesadilla de la realidade!"). Dos ingenieros socios de clase media alta de una pequeña compañía, Giba e Iván, contratan a un matón de barrio, Anísio, para eliminar a un tercer socio, Esteban.
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* Pero lejos de desaparecerse del mapa después de cumplir su encargo de sicariato, Anísio (Paulo Miklos, de lejos lo mejor de esta película con su carota de pajarraco, su charlatanería y su perturbador descaro) se convierte en una ladilla que deja como mascoticas a villanos de películas como THE CABLE GUY o PACIFIC HEIGHTS. Primero, Anísio tiene las bolas de presentarse en la compañía de Giba e Iván para que le den trabajo. Luego les lleva a un compadre rapero (llamado... ¡SABOTAJE!... ¡qué genial nombre en un hiphopero!) para que le patrocinen su carrera en la industria discográfica. Finalmente, lo más estremecedor: Anísio se empata con Marina, la hija adolescente de Esteban, es decir, el ingeniero al que mató, y se instala a vivir en la lujosa casa del asesinado.
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* Paralelamente, el director Beto Brant retrata el proceso de destrucción sicológica de Iván, el más honesto de los dos ingenieros encompinchados, y quien hace honor a la citada frase de Thomas Mann: matar es una vaina muy de pinga en el momento, el peo está en los efectos que te ocasiona a largo plazo. El guión de O INVASOR deja bastantes cabos sueltos, aunque un puñado de escenas son memorables: en general, todas las que involucran a Anísio, cuyo insólito desparpajo alcanza una dimensión insondable y espeluznante. Casi parece teatro del absurdo. Por ejemplo, una secuencia casi al final en la que baila con Marina bajo los efectos del éxtasis en una discoteca con luz ultravioleta.

El enorme Anísio en acción. En una escena en la que está conquistando a una carajita, empieza a habla güevonadas insólitas sobre el dios escandinavo Odín.

El rapero Sabotaje en plena performance. En una de sus escenas en los suburbios pobres de Sao Paulo, usa una franela de fábula que dice "Terror en la periferia".

Anísio bailando trance
Marina (Mariana Ximenes) en una secuencia de ménage à trois
Besito lésbico de Marina

1 comentario:

CLNY dijo...

Hola, tenes bastante reseñas de peliculas. Muy bien!!

No te gustaría participar en blogatón de cine latino rumbo al Oscar?? Es sobre las cintas que fueron seleccionadas por América Latina. Nos gustaria poder contigo!!

Saludos!!