03 enero 2007

THE FINAL CUT (2004) - Omar Naïm


Explicaba en la UCAB el recordado profesor Francisco Pellegrino que el cine de ciencia ficción parte siempre de la premisa "¿qué pasaría si...?". La premisa de THE FINAL CUT, del director jordano Omar Naïm es: ¿qué pasaría si pudiéramos grabar en un chip orgánico implantado la totalidad de los que sucede frente a nuestros ojos en el transcurso de nuestra vida? Según esta película, la aplicación no nos traería beneficio alguno mientras estemos vivos, sólo para nuestros familiares y amigos más cercanos que nos sobreviven. Existirían editores que se encargarían de, una vez uno muerto, tomar todo ese material audiovisual (unas 700.000 horas, en el caso de una persona que viva 80 años), eliminar lo políticamente incorrecto y elaborar una película de unas 2 horas que se exhibiría como homenaje en nuestro funeral. Estos editores tienen un código ético: por ejemplo, está prohibido que alguien con un chip implantado trabaje como editor, y tampoco se permite que el material editado caiga en manos de terceras personas.
Uno de los mejores editores de "rememories" (películas de funeral) es Alan Hakman, el personaje de Robin Williams, quien en esta película está tan hierático y lacónico como el robotico de BICENTENNIAL MAN (1999). "Eres como una mezcla de empleado fúnebre, sacerdote y taxidermista, todo en uno", le dice el personaje de una Mira Sorvino totalmente desaprovechada. Aunque no tengan la más mínima relación, THE FINAL CUT me hizo pensar en CLICK (2006), la comedia de Adam Sandler, pues en ambas está implícito el concepto de edición de la vida para sacarle los momentos menos trascendentes. La vida como un gran DVD. Estamos en la era del gran corta y pega. Paradójicamente, yo me acabo de comprar un aparato DVD Recorder, estoy editando y pasando a formato digital mis decenas de cassettes de VHS, y todo este tema me incumbe mucho. Hay algo que me choca de THE FINAL CUT y es esa cosa muy gringa de la culpabilidad como motor de todas las acciones, de la vivencia de la infancia que te traumatiza psicoanalíticamente y afecta tu adultez.
Veamos: supongamos que a usted se le da la oportunidad única de ver una escena seleccionada de todas las imagénes de su vida que presenció en el pasado, como si se las hubieran grabado en un gran DVD. Si yo fuera Robin Williams, observaría 10 veces la escena de sexo que tuve con Mira Sorvino, que en esta película está espectacular como de costumbre, ahora con el cabello largo y rubio tipo Marjorie de Sousa. Pero no: nuestro hombrecito de pocas palabras está traumatizado con su culpa arrastrada desde la infancia, y a ella vuelve de manera ladilla. Ah, Jim Caviezel hace de fundamentalista, ése fue el mismo año en que se la pasaba con Mel Gibson jugando a los crucifijos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"The final cut" es una pelicula para el olvido. Lo peculaliar de ella radica en la inexpreciva "actuacion" de Robin William. La totalidad de la pelicula transcurre con William amarrado a un rostro inexprecivo que no es cansancio, ni resignacion. Tampoco fatalidad o falta de interes. Sencillamente: William no decifro el personaje y su director,Omar Naim, se rindio ante lo evidente. Demasiado camison para Petra (William)

Anónimo dijo...

Pablo Sos un TARADO NO ENTENDE NADA.