30 noviembre 2006

EL IMBÉCIL RITUAL

1. A las seis de la mañana, los canales de TV y emisoras de radio comenzarán con sus operativos idiotas, anunciado con bambalinas desde una semana antes: "Democracia 2006", "Eleccion 2006", "Decision 2006", "Expresión 2006" y cualquier otro nombre imbécil y predecible. Todos tendrán a todo su personal de guardia, nadie se salvará, todos habilitados desde la madrugada: reporteritos, fotógrafos, pasanticas, periodisticas. El oficio más triste del mundo. Sin embargo, en todos lados se dirá lo mismo, en todos lados la informacion será idénticamente estúpida.

2. A las siete de la mañana se informará de "que hay retrasos en algunas mesas". De bolas, los funcionarios de mesa tienen derecho a comer su empanadita.

3. Entre las diez y las once de la mañana, por ahí, más o menos, los canales se encadenarán. Entre empujones y coñazos, votarán Chávez en el 23 de enero y Rosales en Maracaibo. Las reporteritas intentarán hablar hacia el micrófono con la respiración entrecortada, como si se las estuvieran pegando. Habrá pisotones, mentadas de madre y alaridos de fondo de "Uh, ah" y "Atrévete".

4. Quizás más o menos a esa misma hora hablará el cardenal Urosa Savino pidiendo calma, paz, reconciliación, amor, cvismo y reflexión, y toda la paja. Siempre llevan un curita a los canales en días como estos.

5. Como a la una de la mañana entraremos en una calma chicha para retrasados mentales. Algunos canales pondrán peliculitas malas, en otros seguirán las entrevistas en las que no se dice nada con voceros "de la sociedad civil", así como tomas de colas en centros de votación sin valor informativo alguno. Seguro será el turno para el defensor del pueblo German Mundarain en VTV, para Isaías Rodríguez, para Nestor Francia. La hora de la imparcialidad estúpida, de la espera estéril y de todos los lugares comumes que podrían haber faltado en las otras horas.

6. A las cuatro de la tarde empezarán a pasar los motorizados de UPV y Lina Ron gritando Viva Chávez.

7. A las siete habrá una especie de calma tensa idiota y llamados a que permanezcan abiertos los centros de votación donde todavía hay colas. A pesar de los reiterados llamados de semanas anteriores para que la gente vaya a vigilar el conteo de votos, a la mayoría le dará una inmensa ladilla y se quedarán en sus casas. En la mayoría de los canales habrá mesas redondas idiotas con los imbeciles de siempre, quienes elogiarán el absoluto civismo de la jornada: Unai Amenabar, Miguel Angel Rodriguez, Carla Angola, Kiko Bautista, Ana Vacarella, Sergio Novelli, etc, etc, etc, etc.

8. Voceros de la oposición empezarán a denunciar irregularidades como a las ocho de la noche. Rosales hará llamados a permanecer optimistas y alertas.

9. Chávez saldrá al balcón del pueblo como entre las 11 y las 12 de la noche. Venevisión pondrá su marcha: pamparan-paran-paran.... PA-PA-PA-PAAAA, PARARA - PAPAPAAAA, PARAMPARAAAA.... Pero en RCTV hablarán algunos voceros de la oposición. Se lanzarán fuegos artificiales y los seres humanos normales no podremos dormir. Estaremos en un limbo de un sopor terriblemente real donde se juntarán explosiones, pesadillas, gritos destemplados, ausencia total de discreción o lucidez. Un país alrededor de un único apellido.

10. ¿Por amor de Dios, alguien me puede regalar un boleto con salida este sábado para cualquier parte del mundo, aunque sea para Cúcuta?

27 noviembre 2006

ENTRE CARAJITOS



Había una canción del grupo valenciano de ska Mata Rica titulada "Jibarito", que trataba sobre peleas de malandritos en la calle. El sábado 25 de noviembre en la mañana me puse a ver Globovisión y VTV, que cubrían el acto de cierre de Manuel Rosales en Caracas, y me acordé mucho de la canción "Jibarito". En Globovisión, tocaba un grupo que cantaba sobre las playas de Cuyagua y una bailarina meneaba las nalgas. Luego rezaron un Padrenuestro y de inmediato pusieron un reggaetón (vaya combinación). Había cámaras montadas en grúas al más puro estilo saudita-VTV. Diana Carolina Ruiz hacía entrevistas entre los marchantes y decía cosas como estas: "Señora, usted es de Vargas, yo pensaba que en Vargas mandaba el oficialismo". Luego pasaban imágenes de la concentración acompañadas por música de estudio (!!!!) de Reynaldo Armas, Maracaibo 15 y etcétera (creo que sólo faltó el pavoso de Ilan Chester). Dividieron la pantalla en dos y pusieron las palabras "realidad" y "ficción" (esta última con la señal de VTV). Cosas de Alberto Federico Ravell. Ese es su estilacho, aunque hay cosas que uno creía que no volvería a ver luego de lo que pasó en este país en 2002 y 2003.

Ahora vamos con VTV. Se fueron a Plaza Venezuela, bien, pero bien lejos del punto final en Las Mercedes, y enfocaban a unos cuantos bolsones de caminantes escuálidos (por el número, no por la filiación política). La reportera de VTV decía cosas como estas: "Las imágenes hablan por sí solas, queridos espectadores". "Están usando la canción de Calle 13, a pesar de que este grupo los ha amenazado con una demanda". "Las consignas son las mismas que usaban en abril de 2002". Tal como les dije: estamos entre carajitos. Jibarito TV. La televisión digna de Popy en plena campaña electoral. Vamos a ver quién tiene el pipicito más grande. Mientras tanto, una cosa llamada ética volando por ahí, como un ánima en pena invisible. Mientras tanto, nadie en nuestros inefables canales de TV dice que, por más gente que vaya a una marcha de azules, de tricolores o de rojo-rojitos (tremendo slogan, Rafael Ramírez, el jingle del año), siempre será un porcentaje ínfimo de lo que se necesita para ganar unas elecciones. Nadie habla de acuerdos de convivencia mínima entre los que ganen y los que pierdan el 3-D. Por eso tengo taaaaaantas ganas de votar el domingo. Siento tanto deseo como si fuera a hacer el amor con Gaby Espino encima de la captahuellas.

JULIET LIMA



El pasado martes, también gracias a una amiga, me colé en el estreno para la prensa de la nueva telenovela de RCTV, "Te tengo en salsa", que se escenificó en los cines del Tolón. Mi amiga y yo llegamos a la conclusión de que la actriz Juliet (o Juliette) Lima, en la foto, se había operado los senos de una manera tal que no tenía proporción alguna con el resto de su delgada y diminuta anatomia. Después me puse a reflexionar y decidí ser menos severo: la desproporción tambien puede ser un valor estético (independientemente de las consecuencias que esto pueda traer a la salud de Juliet, por ejemplo, dolor de espalda o tendencia a caerse hacia adelante). Y es que en este automercado de la atracción sexual, hay un anaquel para todos, como escribi una vez a propósito de la película "The Full Monty". A mí, por ejemplo, me desequilibran mucho las chamas con poca cintura que se ponen pantalones a la cadera. Me despiertan morbo, me parece como un desafío muy sexy a la naturaleza. Seguro en alguna tienda porno hay videos titulados "Jevas flacas, chiquitas y tetonas". Larga vida, pues, a la desproporción de Juliet Lima, al parecer en trámites de divorcio de Jonathan Montenegro, según rumores. Me arrepiento públicamente de no haber grabado en VHS el primer capítulo de "Te tengo en salsa", en el que Juliet tiene una escena muy picante vestidita de leopardo en el hotel Aladdin. Y de arrepiento de no haber hecho una foto de Estefanía López y de la pinta espectacular que tenía ese día en la premiere.

PD: algún día volveré a escribir de cine con frecuencia.

"PLANTA"



Tuve la fortuna de que me regalaran una entrada para la segunda y última función de Gustavo Cerati, el pasado viernes 24 en el Anfiteatro del Centro Sambil. Además estuve sentado a unos pocos metros de la tarima, gracias a una gran amiga que me convenció de ocupar "ilegalmente" un puesto que no era el mío. Cuando era chamo y fui una de las primeras personas que compraba viniles de Soda Stereo en Venezuela, veía a Gustavo y pensaba que ser argentino era un sinónimo de ser perfecto. Unos pocos años después, veía a la selección argentina que dirigía Alfio Basile (en su primera etapa), donde estaban Fernando Redondo, Gabriel Batistuta, Leonardo Rodríguez, Claudio Caniggia, Pedro Troglio (igualito a Charly, el baterista de Soda) y compañía, y seguí pensando que ser argentino era igual a ser melenudo, hermoso e inteligente. Luego crecí y me di cuenta de que no podía idealizar a ninguna nacionalidad, y que en Argentina también había gente fea, y que en Argentina suelen tener una atracción pasmosa por la música tropical más arrabalera, y me contaron que Elvis Crespo era allá un ídolo. Igual, cuando vi a Gustavo Cerati el viernes, volví a pensar que sólo en un país como Argentina puede nacer alguien como él. Para mí, un John Lennon, un Johnny Cash o un Bob Dylan de este continente. Un Dios.

Más allá de cómo Gustavo canta, cómo toca la guitarra, cómo dialoga con el público o cómo bromea sobre los fuegos artificiales que lanzan los partidarios de Manuel Rosales, hubo algo en este concierto que me reafirmó en mis convicciones sobre la perfección infinita de Cerati: el repertorio. Del disco "Sueño Stereo" (es el último en estudio de la banda, creo), no escogió alguna de las más conocidas: "Ella usó mi cabeza como un revolver", "Efecto Doppler" o "Ángel Eléctrico". No. Gustavo seleccionó el track número 10, una canción perdida en el disco, una canción que siempre me ha parecido una obra maestra, y que creía que sólo me gustaba a mí: "Planta". El comienzo de la canción es como esa sensación que uno tiene al ver un paisaje a la distancia en ese punto del amanecer en el que el cielo está en el punto exacto entre el negro y el azul. Y Gustavo cantó "Planta", una canción que jamás imaginé que oiría en vivo. No lo podía creer, y todavía no lo creo. Y me paré, y la canté, y para el puñado de personas que nos paramos y conocíamos la letra de "Planta", fue un instante de complicidad e intimidad inolvidables. Un sueño. Gustavo, siempre querré ser como vos.

Sabia savia por mi cuerpo
como oro de Acapulco
Voy preparándome

Tanto irme por las ramas
ahora recorro las heridas
no fue suficiente fe
No sé que me pasa
Ya no puedo volver

Mi voz vegetal
necesito tener amarrados los pies
En el aire sé que soy nada más que menos
de lo que podría ser
Me resisto
a empujarte a otro juego de azar
en el aire reverbera el ansia de mi voz
Mi voz vegetal
vegetal
Amor vegetal

14 noviembre 2006

REGGAE HASIDICO


En este blog ultimamente está entrando de todo. Sin embargo, como buen amante del buen reggae (últimamente lo tengo abandonado, para mi pesar espiritual, sobre todo en recientes momentos de incertidumbre), quería compartir un fenomenal ejemplo de hibridación cultural que descubrí leyendo una revista Rolling Stone, edición de Argentina. Se trata de Matisyahu, un judío ortodoxo que se ha convertido en toda una revelación de la escena del reggae estadounidense. Según leí en la revista argentina, las autoridades religiosas de Matisyahu le exigen a este músico que evite cualquier tipo de contacto físico con sus fanáticos: es decir, nada de lanzarse desde la tarima ni de tocar brazos o manos cuando firme autógrafos. Esto ya cae en la anécdota. Lo importante es que el tipo es un músico fabuloso. Lo recomiendo, veanlo en Youtube: http://www.youtube.com/watch?v=kMrvkOg3DIE.
Anotación muy posterior: que un judío ortodoxo haga música reggae no es tampoco un fenómeno demasiado extraño. La religión rastafariana, de origen jamaiquino y muy vinculada a los orígenes del reggae en la isla caribeña, toma numerosos elementos judeocristianos, y particularmente de la religión judía. Recordemos que en la tierra prometida para los rastafari, Etiopía, circula la teoría de que allí habita una de las tribus perdidas de Israel (en la actual nación de Israel, algunas corrientes políticas han planteado la posibilidad de importar mano de obra etiope de hipotético origen bíblico). Dicho todo esto, no es tampoco nada extraordinario que un judío "tradicional" recorra el camino inverso hacia el reggae y su peculiar espiritualidad.

02 noviembre 2006

¿Y ESO CON QUÉ SE COME? - VIVE TV




Chico, bien tempranito este jueves, ejecutando el zapping como de costumbre después de bañarme, en vez de ir a hacer ejercicio en el Parque del Este o algo productivo, me he encontrado con un programita bien divertido en Vive TV llamado ¿Y ESO CON QUÉ SE COME?. El género es de opinión juvenil, como para demostrar que no por ser joven se es bobo y hedonista. El tema era el conflicto en el estado mexicano de Oaxaca. Lo más llamativo de todo era la atractiva moderadora (Osly Hernández), llamada a convertirse en todo un icono del revolucionarismo light: descalza como Shakira, con unos bellísimos rulitos negros como recién hechos en la peluquería que se enrollaba a cada rato en los deditos (como mi amiga Vanessa Davies mientras teclea), y armada con una camarita digital que usaba para apuntar con ángulos "trasgresores" a los invitados mientras hablaban, tú sabes, que si el video experimental y tal, mientras decía cosas como éstas: "Usemos la globalización para extender la lucha". Otro de los moderadores (Reiman Velásquez) es un chamo tuerto. En la esquinita inferior derecha, un calvo con chaleco de fotógrafo y barba de candadito lucía realmente agotado de tanto hacer señas para la audiencia sordomuda.

No tengo nada en contra de los tuertos ni sordomudos, no faltaba más, me parece loable que en Vive TV se dé espacio a los excluidos audiovisuales que jamás toman en cuenta en otros canales. Pero también sería importante le brinden sus 15 minuticos de TV a gente capaz de investigar y documentarse un poco sobre lo que habla, no sólo a las snobs descalzas de la tecnología Sony. Está claro que estos moderadores no tenían ni idea de los acontecimientos en Oaxaca, en algún momento relacionaron al izquierdista López Obrador con la lucha zapatista en Chiapas y los invitados mexicanos casi que los mandaron a callar. Pero bueno, igual me alegró conocer a Osly, creo que tiene madera para el negocio, prefiero verla a ella un millón de veces que ese espantoso bodrio de RCTV que conduce la desagradable gorda sin ningún tipo de rigor informativo a a la que apodan Bicha.

PD: en un momento de su experimentación radical con los encuadres, a nuestra admirada Osly se le fue el dedo y apretó el botón de play cuando estaba hablando uno de los invitados mexicanos, quien para sorpresa de todos se vio interrumpido por un ruido ininteligible. Una de dos: o el programa era en vivo, cosa que dudo, o el editor cumplió la loable misión de conservar la pureza de lo espontáneo.