14 diciembre 2006

VOLVER (2006)



Sólo hay dos hombres y nadie los echará de menos: uno que economizaría si comprara la cerveza por toneles y no por laticas, que babosea carajitas y que disfruta del fútbol español (un juego Racing vs Deportivo, es decir, no se trata de cualquier aficionado ramplón, sino de un iniciado) mientras su mujer se parte el culo. Lo matan y a absolutamente nadie en el mundo le afecta. El otro es un bello tonto al frente de una hambrienta troupé cinematográfica, pero sólo queda en blofeo almodovariano. Ergo, he aquí el mundo de la mujer con todas sus hondonadas y porosidades. Una de las conclusiones lapidarias de VOLVER es que en esta vida las mujeres se las pueden arreglar solas hasta para deshacerse de un cadáver, y sin recurrir a serruchos como en SHALLOW GRAVE. La vi en el desfalleciente Ateneo de Caracas, en una sala de aire rancio que sentaba muy bien con una película que desprende los entresijos insondables de una vieja pantaleta de señora.

Una obra maestra más de Almódovar (quisiera destacar la serena majestuosidad con la que caen los créditos luego de la última imagen de Carmen Maura), no hay duda, aunque de sus obras maestras, ésta no es con la que más me conecto. Me pasé toda la película aguardando la aparición de la hermana desconsiderada de Agustina que trabaja en la televisión, y aunque la escena del talk show es divertida, esperaba aún más derrape e hipérboles. Me pregunto cómo harán en los cines de Estados Unidos para subtitular los riquísimos matices del parloteo madrileño y detalles como el "pan con pan" y el pueblo llamado Alcanfor de las Infantas. Por eso Almodóvar no gana el Oscar de director. A Penélope Cruz, que nunca había sido santa de mi devoción, la noté más sabrosona y regia que nunca, lo que confirma los efectos positivos de desvincularse de Tom Cruise. No pierdo las esperanzas de que Katie Holmes algún día se regenere. "Regresé porque me sentía sola", suelta el personaje de Doña Irene (Carmen Maura) para explicar por qué volvió del mundo de los muertos. La frase vale por toda la película y encierra el secreto de por qué los fines de semana las mujeres muestran un frenetismo incontrolable por mandar mensajitos de texto como locas, montar el arbolito de Navidad o gastarse todos los churupos en un centro comercial, mientras que uno lo único que quiere es ver tranquilo el partidazo entre el Manchester United y el Chelsea (¡nunca me dejan, coño!).

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Las mujeres a veces actúan asi. Piensan que estar solas es un problema, cuando puede ser un alivio. Los hombres son más prácticos. Quizas se preocupan menos por la compañía y más por lo que les gusta hacer.
En la película Penelope Cruz o el personaje que representa demuestra que una mujer puede arreglarselas smuy bien sola. Es la historia de muchos hogares, donde quien manda es la mujer y no porque no haya hombres sino porque han perdido el rol voluntaria o involuntariamente.

Alexis Correia dijo...

¿El hombre más práctico que la mujer? Eso es absolutamente divertido. Todo lo contrario.

Anónimo dijo...

Correia te hice una pregunta en el post de elipsis...

Anónimo dijo...

"Las mujeres a veces actúan asi. Piensan que estar solas es un problema, cuando puede ser un alivio. Los hombres son más prácticos. Quizas se preocupan menos por la compañía y más por lo que les gusta hacer"
es verdad anónimo...
coño, yo estuve con un pedazo de vaina por 10 años...ahora estoy de un macho que no te crees. hago lo que quiero ( en cuanto a mi vida profesional y privada), salgo con un tipo distinto cada fin y me doy el lujo de no llmarlos más si me aburro, y me río sola...cuando una mujer se ríe sola es porque la esta pasando bien. Pillense eso en la calle.