Por eso es un poco una película sobre la naturaleza humana, sobre la hipocresía, sobre la realidad de que siempre hay una casta social con privilegios, y que las revoluciones no hacen más que cambiar una casta por otra nueva. (y aunque suene cruel, las castas con privilegios son las que salen en los libros de historia y protagonizan películas). En el fondo, la mayoría de nosotros, muy en nuestro subconsciente, no deseamos modificar el estado de cosas para que haya más igualdad general, sino que nos conformamos con escalar al penthouse. ¿Quién le diría que no a una vida de saturación de los cinco sentidos como la de Marie Antoinette? ¿Si nos pusieran a escoger entre ser Mario Silva o ser Chiquinquirá Delgado, qué elegiríamos? No es casual que Sofia Coppola haga MARIE ANTOINETTE en un momento histórico en que uno siente que el Primer Mundo vive en una burbujita de bienestar siempre a punto de reventar, y cuando el calentamiento global vaticina futuras catástrofes sociales en los continentes más pobres.
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Tuve a MARIE ANTOINETTE varios meses esperando en la congeladora, sin decidirme a verla. Quizás intuía que, luego de todo el inabarcable universo de sentimientos que me dejó LOST IN TRANSLATION, experimentaría una ligera decepción con una película de época de Sofia Coppola. Y tengo que decir que MARIE ANTOINETTE no es mi película favorita de Sofia. LOST IN TRANSLATION era atmósferas, pero también la esencia humana de Bill Murray y Scarlett Johansson, y la interacción entre ambos. MARIE ANTOINETTE se queda sólo en las atmósferas, y no hay ninguna relación interpersonal memorable. Tampoco pude evitar comparaciones desfavorables con los experimentos de fusión tempo-cultural que ha hecho Baz Luhrmann. La banda sonora es antológica y con sentido de recopilación de un período cultural, como siempre en Coppola, aunque llega un momento en que el regodeo musical se me hace excesivo, como si se trataran de compensar otras carencias. Pero lloré cuando estalló "Plainsong" de The Cure en la escena de la coronación de Luis XVI (el álbum Disintegration es uno de esos materiales que deberán escuchar obligatoriamente quienes excaven en las ruinas de nuestra civilización), una voz en mi interior exclamó acerca de Coppola en ese momento: ¡Ésta es mi galla! ¡ÉSTA ES LA MÍA, NOJODA!
¿Alguna vez han conocido una de esas chicas que dicen el 31 de diciembre: "¡Saaaaama! ¡Maricaaa! ¡Vámonos a la playa a ver el amanecer del año nuevo!"??? En MARIE ANTOINETTE hay una escena muy similar. También me da mucha risa todo ese período luego de su primer embarazo en el que la monarca austríaca quiere vivir una "nota ecológica" en su retiro campestre, igualita a esos carajos que exclaman con ingenuidad: "¡Saaaamo, me quiero casar en Choroní, tremenda boda ecológica!", mientras el rancho arde en el planeta por los efectos irreversibles de la industrialización. Pero quien no haya experimentado el encanto de lo banal, o quien nunca haya sentido el fuego de la envidia al fisgonear los placeres de los banales, que dé un paso al frente para comenzar la lapidación colectiva.