Se calcula que 85% de las personas que se han acercado al cine en el mundo desde el viernes 4 de mayo lo han hecho para ver SPIDER-MAN 3, por lo que casi es una obligación escribir al menos algunas líneas sobre la película de Sam Raimi. Trataré de ser lo más objetivo y honesto que pueda.
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* La trilogía completa, en líneas generales, ha estado por encima del promedio. Ha sido una saga elegante. Lo que menos me gustó de esta tercera parte fue el segmento final, con el énfasis en la importancia del perdón y la escena en el cementerio. Me pareció flojo-flojito.
* Es cierto, hay sobrepeso de tramas, subtramas y villanos. Pero al mismo tiempo, la ambición me parece un valor positivo. Hay algo de romanticismo en esta ambición de Raimi por abarcar mucho, aunque quien mucho abarque, poco apriete.
* No recuerdo haber visto un protagonista masculino llorando tantas veces. Los chamos que tenía en la fila de enfrente este viernes en el Cines Unidos Sambil terminaron burlándose de esa circunstancia. En lo personal creo que hubo un poco de exceso, más allá de la sensibilidad que transmite Tobey Maguire.
* El actor J.K. Simmons (foto), intérprete del director del periódico, J. Jonah Jameson, se la vuelve a comer como en las películas anteriores. Honor a quien honor merece. Recuerdo haber visto la primera SPIDER-MAN en Estados Unidos, sin entender una papa de sus diálogos en inglés, pero igual admiré como toda la sala se venía abajo de la risa cada vez que aparecía Simmons en pantalla. Es una interpretación arquetípica.
* El nacimiento del Hombre de Arena me pareció una bonita escena de efectos especiales, con gran música de Danny Elfman. Me refiero al momento en que Flint Marko brota de los residuos atómicos y comienza a reconocer las características de su nuevo ¿cuerpo?, que se le desvanece. Casi parecía un cortometraje de arte.
* El mayordomo de Harry (James Franco) me hizo recordar a Alfred, el de Batman.
* Patética la imagen de Spider-Man con la bandera gringa.
* Poco creíble el despido de Mary Jane luego de hacer una sola función del musical de Broadway. Si llegó hasta allí, fue por algo. En todo caso, hubiera podido conseguir luego trabajo en un musical de menor importancia o en el circuito Off-Broadway. También es un poco artificial y forzada la primera pelea entre Peter y Mary Jane, luego de que ella lee las críticas negativas en su contra en la prensa.
* Me desagradó la autocomplacencia del comienzo de SPIDER-MAN 3, con las referencias visuales a las dos primeras películas y el diálogo de Tobey Maguire diciendo: "Bueno, aquí me tienen otra vez...". Sigo creyendo, muy chapadamente a la antigua, que debes filmar las secuelas como si no hubieran existido las películas anteriores.
* No me cuadra con la personalidad de Harry que acepte pelear al lado de Spider-Man. De todos modos, es emocionante cuando los amigos se juntan, provoca gritar "Yupi".
* No me desagradaron las escenas de Tobey Maguire haciendo de chamo malo y caminando con un tumbao por la calle, a pesar de que han recibido muchas críticas. Debe ser porque baila de manera 100% idéntica a mi gran amigo José Antonio Díaz, director de la revista deportiva Podium.
* Es impresionante cómo cambia el rostro de Tobey Maguire sólo con echarse unos pelos hacia la frente y un poco de delineador en los ojos.
* Me gustó la batalla final. Quizás soy muy impresionable con ese tipo de imágenes, pero no puedo sacarme de la mente ese momento en el que el Hombre de Arena le está dando coñazos gigantes por el pecho a Spider-Man cuando Eddie Brock lo tiene amarrado por el cuello a una viga. Me pregunto: ¿cuántos coñazos más hubiera resistido Spider-Man? ¿Dos, tres? ¿Sufrió algún tipo de fractura del esternón o las costillas, o las arañas no sufren fracturas?
1 comentario:
Sólo un detalle insignificante pana, la música de la escena del Arenero no la hace Danny Elfman, esta vez eso le tocó a Christopher Young
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