10 diciembre 2006
WORLD TRADE CENTER (2006)
No lo niego: algo de mérito encierra realizar una película en la que los dos personajes principales permanecen inmóviles 90% del tiempo fílmico debajo de placas de concreto. Pero desde un punto de vista estrictamente cinematográfico, olvidándonos de los sentimentalismos y de la cagalera de interiores que vivimos aquel 11-S de 2001 (por lo menos en mi caso fue así, y hay varios testigos), UNITED 93, la otra cinta reciente sobre el atentado más mediático de la historia humana, le mete una goleada con su suspenso en progreso sostenido a esta tibia WORLD TRADE CENTER.
Con Oliver Stone siento lo mismo que con el grupo Chemical Brothers. Cuando escuchabas "Out of Control" en 1999, te quedaba claro que Tom Rowlands y Ed Simons estaban montados en la cresta de la ola y los demás venían detrás, bien lejos en la orillita. Pero cuando comprabas el disco "Come with us" en 2002, ya la escena electrónica británica se había quemado con tanta sobredosis y los Chemical Brothers venían con la lengua afuera, rezagados del lote.
De la misma manera, cuando veías SALVADOR (1986), PLATOON (1986), BORN OF THE FOURTH OF JULY (1989), THE DOORS (1991), JFK (1991) o NATURAL BORN KILLERS (1994), tú podías estar de acuerdo o no con el tremendismo chillón de Stone, pero lo que no podías negar era que el hombre estaba montando la agenda, como dicen en la jerga de los medios de comunicación, con sus denuncias del imperialismo y del estilo de vida estadounidenses. Estaba vibrando, pues, pegando duro. El Oliver Stone de hoy es un bate quebrado, le cortaron la melena. Un currutaco tímido y con pocos cartuchos por quemar. Se quedó rezagado. Otros marcan la pauta. ALEXANDER (2004), su biografía de Alejandro Magno, tenía algunos raptos de grandeza visual, pero cojeaba por su escasa valentía para aportar una tesis histórica novedosa y por un protagonista inadecuado como Colin Farrell. Y esta WORLD TRADE CENTER nos hará decir "¡pobrecito!" al ver a un estoico Nicolas Cage, pero no generará ningún tipo de debate político acerca de qué hizo la pobre Nueva York (una ciudad liberal y cosmopolita, donde el Partido Demócrata suele ganar por paliza) para que le infligieran este castigo.
El personaje más intrigante de WORLD TRADE CENTER es un marine con un corporativismo digno del Opus Dei, el sargento Dave Karnes. Lo interpreta el pelirrojo Michael Shannon con un rictus facial inmóvil. Una frase suya le pone el cartelito de The End a WORLD TRADE CENTER: "Necesitaremos gente competente para vengar esto". Su actuación es tan farsesca y risible que me quedé muy intrigado después de salir del cine: ¿Oliver Stone se tomó a este marine en serio o en realidad es una gran sátira del militarismo neoconservador a lo Donald Rumsfeld? Lamentablemente, creo que Stone no logra ni una cosa ni otra.
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